Introducción: vivir en Esbjerg


Después de varias semanas instalada, por fin tengo un momento de tranquilidad para sentarme sola y escribir y ponerme al día con mi particular mundo virtual!

Volviendo al mundo real, llevo tres semanas y cuatro días en la ciudad danesa de Esbjerg. Ya son 32 días paseando y descubriendo nuevos rincones, tradiciones y costumbres de este curioso país. Aunque parece que fue ayer cuando me despedía de los míos, la vida aquí ya me ha ofrecido mi nuevo particular hogar, familia y una especie de rutina. Gente de distintos países que parece mentira que a pesar de haber crecido en ambientes tan distintos nos parezcamos tanto. Personas con las que vas construyendo tu presente e incluso planeando un futuro próximo cargado de ilusión.

Después de esta breve reflexión, queridos lectores, os presento mi nueva residencia: Esbjerg, Dinamarca. La quinta ciudad más poblada de país con alrededor de 70.000 habitantes. Una ciudad  totalmente plana, con playa y mucho, mucho verde… Para servidora, Esbjerg empieza a ser muchas cosas más que no están documentadas en las guías de viajes.

































Esta pequeña, fría, ventosa ciudad es vivir en un bungalow con jardín y árboles que me dan manzanas. También es ir andando por el bosque para llegar a la uni y encontrarse con vacas por el camino...e infinidad de curiosidades que os iré escribiendo…


Pero sobretodo, es una nueva familia con la que cada día aprendo una tradición, comparto una costumbre, se fusionan las gastronomías con resultados a veces bueno, a veces no tanto… y  con la que aunque no tengas ningún plan, de repente alguien aparece en tu ventana con un trozo de pastel y una propuesta.
































Estoy segura que día a día, este país me dará más adjetivos para construir mi propia imagen de Dinamarca que me encantará compartir...


Besos y abrazos,

Gina*


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